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Causas y factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer

Hay varias causas de la enfermedad de Alzheimer, y algunas causas todavía no se han descubierto. De hecho, las causas varían mucho para cada persona y son difíciles de determinar. Sin embargo, investigadores han creado una lista de los factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. También, los investigadores han identificado factores que reducen el riesgo de desarrollar el Alzheimer. Y por fin, ellos han descartado ciertos mitos populares acerca de que causa la enfermedad.

Mitos acerca de la causa de la enfermedad de Alzheimer

En los años recientes han habido varios mitos acerca de las cosas que causan el Alzheimer, incluyendo los siguientes:

  • Un virus como el resfriado común
  • Una bacteria como el Escherichia coli (E. coli)
  • Aluminio usado en las latas de gaseosas o el papel de aluminio
  • Las microondas
  • El desodorante

La verdad es que ninguna de estas cosas causa la enfermedad de Alzheimer. Son algunos de los mitos acerca de cómo la enfermedad está contraído, pero no son verdades. Aunque los investigadores no están seguros de que causa del Alzheimer, han descartado los mitos susodichos.

Factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer

La vejez

El envejecimiento en si mismo no determina la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, el riesgo de desarrollar la enfermedad aumenta con la edad. El riesgo de desarrollar el Alzheimer dobla cada cinco años después de la edad de 65 años, y casi la mitad de gente que tiene 85 años o más presentan síntomas de la enfermedad de Alzheimer. No obstante, eso no quiere decir que cada anciano desarrollará la enfermedad de Alzheimer; no es una parte normal del envejecimiento.

Antecedentes familiares

Tener un miembro de la familia directa (madre, padre, hermano/a) con la enfermedad del Alzheimer significa que usted tiene una probabilidad hasta tres veces más alta de desarrollar la enfermedad también. La más gente que haya en la familia que tiene la enfermedad, lo más probable que otros miembros la desarrollen. En particular, la enfermedad de Alzheimer familiar del inicio temprano (early onset familial AD), que se desarrolla entre las edades 30-60, se sospecha ser causada por una mutación genética. Solamente 3% de las personas con el Alzheimer tienen el Alzheimer del inicio temprano (Bird, et al., 1989). El Alzheimer del inicio tarde, que se desarrolla después de la edad de 65 años, es el tipo más común.

Síndrome de Down

El síndrome de Down es una enfermedad genética que causa el retraso mental y rasgos faciales y físicos característicos. La enfermedad del Alzheimer es mucho más común en esta populación que en la populación general. Gente con el síndrome de Down generalmente desarrolla el Alzheimer entre las edades de 30-50. Casi 25% de los individuos con el síndrome de Down mayores de 30 años presentan síntomas del Alzheimer (NDSS, 2005). Estudios sugieren que los individuos que tienen antecedentes familiares del síndrome de Down tienen un riesgo más alto de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Lesiones cerebrales traumáticas

Se estima que 2 millones de estadounidenses padecen de lesiones cerebrales cada año (NIA, 2000). Una lesión que resulta en la pérdida del conocimiento o en la amnesia que dura 30 minutos o más, con/sin una fractura del cráneo, se considera una lesión cerebral traumática. Lesiones cerebrales en la juventud son asociadas con el desarrollo de la enfermedad del Alzheimer más tarde en la vida. Lesiones que resultan en fracturas del cráneo y periodos largos de la amnesia aumentan el riesgo aún más. Investigadores todavía están intentando descubrir por qué y cómo las lesiones cerebrales contribuyen al desarrollo de la enfermedad del Alzheimer. Cascas y cinturones de seguridad se deben llevar tan frecuentemente como sea posible para reducir lesiones cerebrales.

Además de estos, varios otros factores – tales como la dieta, el fumar, el estrés, la depresión, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades cerebrovasculares – pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Aprenda más sobre otros factores del riesgo.

Otros factores del riesgo posibles

Se sospecha que cada uno de los factores abajo contribuye al desarrollo de la enfermedad del Alzheimer. Sin embargo, los científicos no están seguros si hay una conexión directa a la enfermedad. Más investigaciones son necesarias para mejor entender la relación entre estos factores y la enfermedad de Alzheimer.

Ambiental

Sustancias naturales o químicas que están en nuestro entorno se consideran factores ambientales. Exposición a una cantidad abundante de estos factores puede causar muchos problemas de la salud, incluyendo la enfermedad de Alzheimer.

  • Minerales naturales: plomo, zinc, y hierro
  • Sustancias químicas: benceno, tolueno, fertilizantes, y insecticidas

Género

Las mujeres tienen un riesgo más grande de desarrollar la enfermedad del Alzheimer que los hombres.

  • Las mujeres tienen una expectativa de vida más larga que los hombres, y la probabilidad de desarrollar el Alzheimer aumenta con la edad
  • Niveles más bajos del estrógeno después de la menopausia aumentan la probabilidad de una mujer de desarrollar el Alzheimer

Enfermedades cerebrovasculares

Padecer un derrame cerebral es la tercera causa más común de la muerte en los estados unidos (Merck, 2006).

  • La diabetes, la tensión sanguínea alta, fumar cigarrillos, y la cardiopatía son las causas principales de los derrames cerebrales.
  • Cuando un derrame priva al cerebro de sangre (que contiene oxigeno y comida), las células del cerebro se pueden dañar o morir. Cuando esto ocurre, puede acabar en una forma de demencia que se llama la demencia vascular.

La enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurológica progresiva e irreversible que produce temblores, deficiencia del equilibrio, movimientos rígidos, y movimientos extremadamente lentos durante tareas cotidianas, tales como vestirse.

  • Individuos en que los síntomas del Parkinson se presentan y se desarrollan en una manera rápida tienen una probabilidad ocho veces más alta de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
  • Los síntomas asociados con las enfermedades de Parkinson y de Alzheimer muchas veces son muy similares y, por lo tanto, difíciles de distinguir. El Alzheimer generalmente se desarrolla durante las etapas avanzadas del Parkinson. De modo parecido, los individuos en las etapas avanzadas del Alzheimer a menudo presentan síntomas del Parkinson.

La dieta

Una dieta alta en el colesterol y la grasa puede aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

  • Comidas que tienen niveles altas de estas cosas son factores de riesgo para la cardiopatía y los derrames cerebrales. Daño cerebral ocurre cuando estas enfermedades privan al cerebro de sangre (Morris, 2004).
  • Una conexión se ha encontrado entre la obesidad y el desarrollo aumentado del Alzheimer y de otras formas de demencia (Beydoun et al, 2008).

Mire las referencias

Beydoun MA, Beydoun HA, Wang Y. Obesity and central obesity as risk factors for incident dementia and its subtypes: a systematic review and meta-analysis. 2008; 9:204-218.Merck and Company. Introduction: Cerebrovascular Accident. Available at: http://www.merckmanuals.com/professional/sec16/ch211/ch211a.html. Retrieved March 30, 2009.

Morris MC. Diet and Alzheimer’s Disease: What the Evidence Shows. 2004. Available at: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1140705/. Retrieved 29 June 2009.

Rosack J. Some Parkinson’s Patients at High Alzheimer’s Risk. Psychiatry Online. 2003. Available at: http://psychnews.psychiatryonline.org/newsarticle.aspx?articleid=105659. Retrieved March 30, 2009.

Reducir el riesgo

Varios factores que pueden reducir el riesgo o prevenir el Alzheimer y otras formas de demencia se están explorando. Por ejemplo, el ejercicio y la dieta buena parecen ser importantes.

Mire las referencias

Kuhn D. New horizons. Contemporary Longterm Care. 2003; Jul;26(7):25-6

Bird TD. Phenotypic heterogeneity in familial Alzheimer’s disease: a study of 24 kindreds. Annals of Neurology. 1989; Jan 25(1):12-25